En la vida
vivimos hermosas aventuras, pero sin duda un retiro te dejará marcado para toda
la vida.
El solo
pensar que vamos a pasar en silencio tanto tiempo el cuerpo se extrémese, pero
sin duda con el pasar de los días te das cuenta que ese silencio será fructífero
para tu bien y el de los demás.
El retiro es
un tiempo de cambio, es acercarse a Dios en cuerpo y alma, es darse cuenta que
el nos ama sin importar raza, color, situación económica, religión, etc. El
estar en presencia a él de una u otra manera cambia tu vida, tu forma de pensar
y sentir. Aprender a valorar todo lo que te rodea y saber que cada día de tu
existencia es un milagro.
Sin duda
tengo el valor de decir que el retiro marcará la vida de toda persona que lo
realice. Sentirá un cambio de 360° a largo de este tiempo que pasará en
silencio.
Con solo el hecho
de personarse a sí mismo y saber pedir perdón. ¿Por qué no perdonar a los demás,
si Jesús murió en la cruz por el perdón de los pecados?
Si él un ser
misericordioso y sublime perdonó todo, nosotros también seamos capaces de
perdonar a quienes nos hirieron con actos y palabras. El perdonar te hará
sentir mejor con tigo mismo y llevaras una paz interior junto a ti.
Así que sin
duda alguna y sin pensar dos veces te recomendaría participar en un retiro, en
especial en la Casa de ejercicios de San Ignacio de Loyola.
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